Para un emprendedor existen múltiples objetivos al momento de levantar su propio negocio, pero existe uno en específico que jamás podrá estar a discusión, ser rentable.
Una organización económica debe obtener ganancias en forma consistente tras producir y vender un bien o servicio. Si no satisface dicho objetivo, entonces en realidad, está siendo algo más que una empresa, como un hobby, un sueño personal o un ejercicio simplemente.
Muchos emprendedores, así como en pequeñas y medianas empresas, se asume que la genialidad, habilidad o creatividad y el empeño son factores que asegurarán sus ganancias, sin embargo, aunque es necesario contar con dichos ingredientes, existen otros valores que deben enriquecerse como la planeación, estrategia, disciplina y el orden.
Ésto no quiere decir que abandones todo ese ingenio que te ha hecho único al momento de emprender, sino que fortalezcas tu empresa con prácticas de negocio probadas y que asegurarán la rentabilidad sostenible en el tiempo.
El primer punto para asegurar la rentabilidad puede resultar demasiado obvio, pues trata de vender un producto o servicio que cuente con las cualidades potenciales de éxito en cierto mercado, mismas que se pueden conocer mediante la elaboración de un análisis, diagnóstico o estudio de mercado. Y aunque puede ser demasiado obvio, muchos expertos comentan que una gran cantidad de emprendedores suelen cavar una tumba de rentabilidad debido a que la proyección de su negocio la realizan con base a un sueño, intuición o fantasía y eso es un error.
Para convertirte en un empresario, es fundamental que aprendas cómo crear un negocio capaz de generar utilidades, que cuentes con una oferta de valor bien concebida y la bases en un conocimiento bien estudiado de tu mercado.
Los resultados de tus ventas deben concebirse en un plan de largo plazo, conociendo previamente los factores críticos de éxito o fracaso. Así lograrás aplicar todas las utilidades que genere tu compañía en metas específicas que ayuden a estabilizar el proyecto de crecimiento para tu negocio.
La búsqueda de rentabilidad en la rutina empresarial requiere estructuras operativas y prácticas de negocio, lo más importante es la disciplina para aplicar estos modelos, pues se debe comprender la importancia de llevarlos a cabo y no sólo visualizarlo como una "simple tarea".
Para ello, de acuerdo a los consejos que brindaron expertos consultados por la revista "Soy Entrepeneur" te compartimos los siguientes puntos:
- Definir estrategias de precios. Para generar ventas, el precio es un elemento crítico, la sugerencia es fijar un precio que no ignore los gastos de inversión. Se trata de encontrar un precio que resulte atractivo para el consumidor, pero que no ponga en riesgo el beneficio de la empresa.
- Aplicar modelos financieros. La rentabilidad es un indicador medible, por medio de esquemas financieros que muestran una visión amplia de la situación del negocio.
- Adoptar una visión estratégica de la comercialización. Sin ventas no es posible la rentabilidad, por esa razón es más importante establecer técnicas de venta que estimulen el consumo más que apostar todo por el precio de tu producto o servicio.
- Recordar que la rentabilidad es el máximo objetivo de una empresa. La principal meta de la organización no es algo que deba dejarse en manos de la suerte, al contrario se trata de una consecuencia de la planeación, buenas prácticas y ejecución consistente.
Las ganancias de tu negocio, como el dinero, no es algo que te caiga del cielo, para aprovechar estos esquemas, y no dejar que algo se vaya de tus manos, lo más recomendable es contratar servicios profesionales de contabilidad, como los que te brinda Outsider entre sus muchos servicios del Smart Management.
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