México es un país lleno de emprendedores, por lo tanto la sustentabilidad para las PyME's es parte de una transición para la construcción de una nueva nación.
Para las compañías recientes es más sencillo implementar programas amigables con el medio ambiente, las políticas públicas son un estímulo para cuidar la ecología y resulta sumamente importante tomarse el tema muy en serio.
La libertad es una de las grandes virtudes para los emprendedores, pues no tienen que recurrir a la aprobación de un grupo de accionistas para poder incluir en su modelo de negocios, nociones de sustentabilidad.
Gunter Pauli, empresario precursor del concepto de Economía Azul, afirma en entrevista con la revista CNN Expansión que: "Tener un negocio sostenible -que incorpore el respeto del medio ambiente- puede ser rentable, la clave está en trabajar con lo que se tiene y tomar la sustentabilidad como un factor a aplicar de manera estratégica"
Los emprendedores son perfectamente capaces de financiar estrategias sostenibles con un mínimo de riesgo, demostrando así que se puede ser responsable y competitivo. Esto mismo podría inspirar a Directivos de grandes corporativos para reconfigurar sus activos y ser excelentes actores en sus comunidades locales.
El concepto de Economía Azul de Pauli plantea tres niveles:
- Productos Sostenibles: Las compañías que optan por este esquema tratan de generar productos competitivos que se ostenten como amigables para el ambiente.
- Procesos sostenibles: En este esquema se busca que los procesos de producción impliquen el menor impacto posible.
- Sistemas enteros sostenibles: se trata de implementar modelos empresariales sostenibles en su totalidad, una empresa que implica una certificación verde requiere que, desde el proceso hasta el producto sean amigables con el ambiente y ayuden a paliar el impacto ecológico de la producción de bienes.
Actualmente, la implementación de un modelo completamente sustentable se ve como una opción, pero en el futuro será un requerimiento, sin embargo una empresa que decide esperar a que se trate de una cuestión obligatoria tiene altas probabilidades de fracasar.
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